Quién nos iba a decir que en estos días en que empieza a brillar el sol y que nuestras cabezas, cualquier otro año, estarían pensando en un futuro de paseos al sol, de celebraciones por el final de curso junto a los compañeros y las merecidas vacaciones, piensen ahora en retomar cuanto antes nuestro ritmo y nuestros hábitos.
Nuestros esfuerzos en estos momentos están centrados en comenzar de nuevo, volver a empezar y reabrir como siempre las puertas del Centro Sopeña Madrid.
Nos conviene acostumbrarnos cuanto antes a este nuevo tiempo –a este cambio de época, dicen algunos- y empezar a mirar el futuro con optimismo.
Todos sabemos que va a ser un camino laborioso y, quizás, complejo.
El equipo del Centro Sopeña Madrid trabaja sin descanso para adaptar los espacios a la nueva normativa y ofrecer todas las garantías para prevenir y protegernos.
Estamos desenado poner en práctica nuestro valor Sopeña más evidente ahora: la acogida.
Recibiremos alegres y optimistas a todos los usuarios, a los nuevos y a los que repiten o continúan después de este obligado parón. Nos acompañaremos conversando sobre este tiempo pasado, que nos ha resultado a veces tan difícil, y abordaremos juntos las dificultades para seguir creciendo.
¡Qué extraordinaria ocasión de disfrutar dos veces de en el mismo curso de la alegría de la bienvenida! ¡Quedémonos con eso!
La oportunidad que se nos brinda para ejercitar los valores Sopeña es de oro. Cambiarán muchas cosas pero nuestro estilo Sopeña, el que nos transmitió nuestra fundadora, permanece y tendrá más vigencia que nunca, si es que se avecinan de nuevo, como dicen, momentos difíciles.
La vida nos ha vuelto a recordar la importancia de manejarnos dando valor a esas palabras de acogida, solidaridad, salir al encuentro, fraternidad…
Por nuestra parte tenemos las ganas y la fuerza renovada para el nuevo comienzo. Las ganas de encontrarnos sobre todo con toda la Familia Sopeña, de la que tú también formas parte.
Decía San Ignacio de Loyola que “en tiempos de desolación, no hacer mudanza”. Cuando pasamos por momentos difíciles y de incertidumbre, en los que es difícil ver el horizonte que perseguíamos, es recomendable seguir adelante, con las fuerzas que cada uno pueda sacar, y ya iremos viendo.