Ya hemos iniciado las clases y la actividad en algunas de las disciplinas impartidas en el Centro Sopeña Madrid. Otras, están a punto de reiniciarse.
La alegría, el bullicio inundan nuestras instalaciones.
Afortunadamente, parece que los efectos de la terrible pandemia empiezan a remitir y ya se ve la luz al final de este terrible túnel, que nos ha tenido secuestradas la alegría y la felicidad plena durante cerca de dos años.
Alegremente, los alumnos se cruzan por los pasillos y escaleras. Futuros electricistas, peluqueras, esteticistas, cocineras, el alumnado de español y de la ESO, todos con las ilusiones renovadas y la esperanza de llevar a buen puerto sus anhelos de superación profesional y personal.
Poco a poco, la nueva normalidad va abriéndose paso buscando a la vieja cotidianeidad de siempre. Esta vez, si no lo estropeamos, sí parece que las cosas volverán a ser como siempre, a pesar de que muchos, no nos acompañarán…
Aunque estamos en los inicios de los cursos, en breve llegarán las primeras pruebas, los parciales que darán paso a los exámenes y las primeras alegrías entre el alumnado.
Y es lo que todos estamos esperando, la recuperación de la normalidad docente.
En fin, lo que nunca creíamos que podríamos decir, es lo que estamos deseando pronunciar. Parece que por fin va volviendo la ansiada rutina docente en la cual la cercanía, el contacto, en fin, la comunicación total alumnado-profesorado, vuelve a retornar a las aulas.
Esperemos que esa normalidad venga para quedarse porque las situaciones vividas han complicado mucho la actividad formativa, a pesar de que salimos muy airosos en los cursos pasados.
El esfuerzo de docentes y alumnos fue clave.
El nuevo curso se ha iniciado con los tanques de nuestro combustible llenos de alegría, fortaleza y compromiso, ¡a por ello!