Hemos pasado un año en el que se ha puesto de manifiesto la importancia de la fraternidad, de pensar unos en otros y sentir que el cuidado y el bienestar de uno mismo redunda en el cuidado y bienestar de todos.
En el Centro Sopeña Madrid también hemos tenido que hacer esfuerzos para evitar que el coronavirus atravesara nuestra puerta y se instalara entre nosotros.
Del lado del Centro se han intentado establecer cuantas medidas de seguridad nos sugerían desde las Administraciones para mantenernos a salvo.
Y, por parte de los usuarios, ha habido un compromiso riguroso por seguir esas normas y acoplarse a nuevos hábitos, que en muchos casos eran algo incómodos: mamparas en las aulas y pupitres; reducción de ratios; evitar el uso de ascensores o no comer y beber dentro del Centro para evitar quitarse la mascarilla….
Por todas partes hemos visto signos de fraternidad y nos han emocionado.
Hemos comenzado el nuevo año y parece que las cosas no han ido a mejor. Al contrario.
El virus sigue instalado entre nosotros, muy peligroso; se ha desatado una cruda crisis económica, derivada de la pandemia, y, además, se ha sumado estos días un temporal de nieve y frío polar, que ha vuelto a complicar las cosas.
Todo esto pasará y vendrán momentos más tranquilos, pero quedará en nuestra memoria nuestra actitud ante las dificultades y cuántas manos hayamos ofrecido para estar al lado del otro, del hermano.
Porque se ha vuelto a ver necesaria, una vez más, la necesidad de mostrarnos fraternos con nuestros vecinos, con nuestros conciudadanos, para que todo vaya mejor.
Pensar en el bien común, por encima de nuestra propia comodidad, y echar una mano al de al lado, sea quien sea, cuando está igual o peor que nosotros.
Los valores por los que nos regimos en el Centro Sopeña Madrid, compartidos por todos los espacios de acción de la Fundación Dolores Sopeña en el mundo, incluyen el de la fraternidad.
El sueño de nuestra fundadora, Dolores Sopeña, fue construir una gran familia, un mundo en el que nos sintiésemos como hermanos.
Precisamente el pasado 10 de enero, celebramos su Día y nos dejó un mensaje de aliento y esperanza.
Y el objetivo nunca caduca. La fraternidad sigue engrosando el listado de nuestros valores, los que ponemos en práctica en nuestra labor como centro de formación y capacitación y con los que queremos que nos identifiquéis.
No es solo aprender un oficio o un idioma, nuestro Centro te ofrece mucho más. Te ofrece una formación integral que perdurará a lo largo de tu vida y que nos ayudará a todos a construir una sociedad cada día más justa.
“Sumamos cualidades humanas y profesionales a través de la integración y el respeto a la diversidad desde la convicción de que todos somos iguales”. Esto es lo que somos.