Valorar y respetar la pluralidad cultural se ha convertido en algo fundamental de cara a la convivencia y de eso sabemos mucho en el Centro Sopeña Madrid, un centro diverso y lleno de color.
Vivimos en un mundo globalizado, lleno de culturas, etnias, saberes y tradiciones diferentes, algo que deberíamos celebrar más a menudo.
Desde el año 2003, cada 21 de mayo se celebra el Día de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, una fecha que se eligió tras la adopción por parte de la UNESCO de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural.
Esta fecha se presenta simbólicamente como una muy buena ocasión para conocer las diferentes culturas de todos los usuarios y trabajadores que conviven en Sopeña Madrid.
Así que, este año, hemos decidido inundar aulas y pasillos de colores, música y sabores multiculturales, y expresar esa diversidad en forma de macetas de decenas de plantas que no son otra cosa que la diversidad de la vida.
Sopeña construye vida y lo representa así: convirtiéndose en escaparate de culturas, a veces lejanas, pero todas presentes y que son una riqueza compartir.
Alumnos y alumnas de los diferentes cursos compartieron aspectos de sus culturas con el resto de compañeros y profesores.
Hicimos un viaje a través del cual pudimos acercarnos a la poesía, la gastronomía, la música, la Historia y la tradición de países como Venezuela, Marruecos, Honduras, Colombia, Perú, Bolivia, Mali, Ghana y Nicaragua.
Pero había presencia también de Argelia, Bangladesh, Cabo Verde, Congo, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Filipinas, Georgia, Guatemala, Guinea, India, Líbano, Nigeria, Pakistán, Palestina, Paraguay, Polonia, República Dominicana, Rumanía, Rusia, Sáhara Occidental, Senegal, Siria, Somalia, Sri Lanka y Uruguay.
¿No es fantástico?
Fieles al lema de este año “Sopeña Construye Vida” cada rincón del centro quedó sembrado de plantas y mensajes.
Cada uno de nosotros eligió una pequeña planta, identificada además con palabras en torno a la pluralidad, la tolerancia y el respeto.
¿El resultado? Pasillos y escaleras repletos de lechugas, tomates, albahacas, berenjenas y pimientos, todo tipo de plantas que crecerán con cuidados y cariño y alimentadas con mensajes de compañerismo, paz, respeto, amor o alegría.
Como siempre, para cerrar tan importantes celebraciones, el alumnado de Repostería nos regaló un trocito de cultura gastronómica.
Ellos también aprovecharon la fecha para viajar por los sabores de todos los países que componen su clase.
Con postres peruanos, dominicanos, marroquíes, españoles y venezolanos nos despedimos con un dulce sabor de boca y con la clara idea de que la diversidad nos hace ricos y mejores.