En el Centro Sopeña Madrid, en el que nos dedicamos a la formación y la educación, siempre tenemos una luz que nos inspira en nuestra misión y nuestra acción.
La primera inspiración nos viene de nuestros usuarios, alumnos procedentes de muchos países y lugares del mundo, que enriquecen y nos guían.
La inspiración fundamental hoy y siempre la tenemos en nuestra fundadora, Dolores Sopeña, para quien la educación era la manera de luchar por nuestra dignidad y sacar lo mejor de nosotros mismos.
Pero también tenemos figuras “prestadas” como la de Juan Bosco, religioso, educador y escritor italiano del siglo XIX, referente siempre de lo avances pedagógicos del momento y que tanto bien han hecho a jóvenes y adultos de todas las generaciones.
Días atrás hemos conmemorado su figura, concretamente el Día de la Educación,
Es un ejemplo de solidaridad. Su trabajo se centró en personas jóvenes en peligro y riesgo de exclusión, algo muy común en la época, pero, desgraciadamente, ahora también.
Con su labor consiguió que muchos de ellas salieran de la marginalidad, lo que le valió el reconocimiento por su servicio a la comunidad.
Esa misma vocación de servicio debe guiar nuestra acción educativa integral.
El Centro Sopeña Madrid se empeña en formar a sus usuarios para enfrentarse a los retos globales que la sociedad de hoy nos presenta.
Ayudándoles a moverse en el día a día y sacando lo mejor que llevan dentro, potenciando habilidades y destrezas.
Sin duda, nuestro Centro, enmarcado en el proyecto de la Fundación Dolores Sopeña, guarda bastantes semejanzas con el proyecto iniciado por Juan Bosco, auténtico faro de luz para cualquier camino y, especialmente, para los que nos dedicamos a esto de la formación.