En el Centro de Formación y Capacitación Sopeña Madrid hay días que nos tocan muy de cerca, como el que se celebra esta semana, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Y es que un 17 de octubre de 1987 se reunieron en París más de 100.000 personas para rendir un homenaje a todas aquellas personas, víctimas de la pobreza, el hambre y la violencia. Es además una cuestión de derechos humanos.
Precisamente ese fue el proyecto que impulsó la vida de Dolores Sopeña. Sabía que la pobreza traía aparejada una falta de dignidad y concluyó que, para revertir esa situación, había un camino muy claro, la formación.
La formación que ideó nuestra fundadora ayuda a las personas a recuperar la confianza en sí mismas, porque se trata de una formación integral, que va más allá del aprendizaje de un oficio y abarca todas las dimensiones de la persona.
Desde 1993 se conmemora de manera oficial el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza con el doble propósito de generar conciencia y de reconocer el esfuerzo de todos los involucrados en esta causa.
Este hito fue posible gracias al impulso de Joseph Wresinski, un sacerdote católico con muchos puntos en común con Dolores Sopeña, que siempre buscaba a los más pobres, a los más humillados y que, como ella había visto casi 50 años antes, entendió que en la extrema pobreza existe una violación de los derechos humanos.
En el Centro Sopeña Madrid somos conscientes de esa realidad y trabajamos incansablemente cada día para ofrecer a todos nuestros destinatarios la oportunidad de superarse, con programas formativos adaptados a la realidad y a sus necesidades.
Así disponemos de cursos de Capacitación donde aprender un oficio y obtener recursos que permitan acceder al mercado laboral. También la enseñanza de español para extranjeros, alfabetización, graduado en ESO para personas adultas, informática o el curso de obtención de la nacionalidad española.
Nuestra identidad y nuestros valores de acogida, respeto o fraternidad se funden para como decía ella “ganarse a la gente desde el corazón” y “restaurar la dignidad arrebatada”.
Algo que el director Danny Boyle supo transmitir en la película Slumdog Millionaire , una deliciosa y dura historia sobre un adolescente y su sueño de salir de la pobreza. Puede que muchos de vosotros la hayáis visto pero es una historia que bien merece ser vista más de una vez.