Este año en el Centro Sopeña Madrid pudimos volver a disfrutar de una de las actividades más bonitas y esperadas por todos, la Yincana de Dolores Sopeña.
Es un tradicional homenaje a nuestra fundadora que el año pasado, debido a la pandemia, no pudimos hacer.
En esta ocasión lo recuperamos con la misma alegría en formato online, con cada alumno y profesor en su aula y respetando todas las medidas de seguridad.
Como ya teníamos la experiencia de otras celebraciones y actividades a través de la pantalla: encuentros con escritores, charlas, talleres, fiesta de Navidad…, pudimos adaptar la Yincana sin problema para que todos aprendiésemos y nos divirtiésemos, que es de lo que se trataba.
El artífice y responsable principal fue el equipo de Pastoral que se puso manos a la obra, aunque no faltaron ayudantes del equipo de Cultura y Convivencia, de profesores y colaboradores.
Como siempre, todos pusimos nuestro granito de arena para que fuera un éxito, así que desde este blog: gracias a todos por su aportación y su alegría.
Si es verdad que no nos resignamos al contacto. Echamos de menos poder juntarnos con otros grupos, más allá de las pantallas, circular con libertad por el centro y, finalmente, compartir el piscolabis e intercambiar impresiones y sacarnos fotos juntos.
El objetivo final de la Yincana es conocer un poco mejor y de forma amena la figura de Dolores Sopeña: su vida, trayectoria y los proyectos que se mantienen hoy, como este Centro Sopeña Madrid.
Su historia siempre nos sirve de inspiración.
Los alumnos estuvieron en sus aulas con cada profesor y, desde lo que llamamos el “centro de control”, los organizadores fueron dando paso a las distintas pruebas.
Comenzamos por ejercitar la paciencia, contando 70 granos de arroz; continuamos con un original “pasapalabra” con el nombre de la fundadora; luego el “trivial”, que nos permitió indagar en su vida y obra; la prueba “Dolores Sopeña en el mundo”, “recorriendo” los países en los que dejó su huella, y con los “alfagramas” y “la sopa de letras”, para descubrir los valores de la Fundación Dolores Sopeña, de la que formamos parte.
En total 6 pruebas en las que competimos desde distintos grupos, pero sintiéndonos parte de la misma gran Familia Sopeña.
Ayudó mucho a ese sentimiento, cantar juntos el Himno Sopeña, que llenó de emoción y alegría el ambiente, antes de compartir un refresco y una deliciosa y dulce tarta de zanahoria, elaborada por los alumnos del Certificado de Profesionalidad de Repostería.