La semana pasada anduvimos de celebraciones porque fue el Día de nuestra fundadora, Dolores Sopeña, una mujer excepcional que nos dejó “pistas” en forma de valores para continuar en el camino de su misión.
Cada día, en nuestro Centro Sopeña Madrid la hacemos presente, recorriendo el camino que ella emprendió de fomentar la formación integral de personas jóvenes y adultas e impulsando al mismo tiempo la igualdad y la solidaridad entre todas las personas.
Los valores Sopeña representan esas pistas que seguimos para que nuestra misión pase de las palabras a los hechos y nos inspiren y nos pongan en marcha.
Si hablamos del valor de la acogida y el de salir al encuentro y lo traemos al día de hoy, podemos hablar de verdadera hospitalidad, desde el momento en que se entra por la puerta, se llama por teléfono o se navega por la web o nuestros perfiles en redes sociales.
También, una vez traspasada la puerta, ya sea en las aulas, durante las clases, en una charla informal, en una consulta laboral o jurídica, o en una fiesta, se continúa ese camino de cálido acogimiento.
Nuestro último Día de Puertas Abiertas, sirva de ejemplo para constatar nuestro esfuerzo por salir al encuentro, otro de los valores Sopeña. “Vamos allí donde nos necesiten”.
Durante esa jornada, como durante muchas otras, el equipo que formamos el Centro Sopeña Madrid alentamos a futuros alumnos, organizaciones, asociaciones, vecinos y a todo aquel que quiso acercarse a formar parte de nuestra gran familia.
Otra de las pistas, en forma de valor, que da empuje y cuerpo a la familia Sopeña es la fraternidad, y en este curso, una vez más, tenemos la gran suerte de que esa familia se compone de una bonita diversidad de miembros, cuyas cualidades humanas nos ayudan a poner en práctica el resto de valores, tales como la solidaridad o el respeto. “Nuestro sueño es hacer posible un mundo donde vivamos como hermanos”.
Esta es la herencia y el sueño que nos dejó Dolores Sopeña, así que ¿cómo no homenajearla?