La Fundación Dolores Sopeña, y nuestro Centro Sopeña Madrid como parte de ella, ha entrado de lleno en cuidar de la Casa Común, redoblando esfuerzos para ofrecer nuevas oportunidades a las personas más vulnerables de nuestra sociedad.
Cuidar de nuestra Casa Común, que no es otra, que nuestro querido planeta Tierra, siempre con los valores que nos identifican.
En el Centro Sopeña Madrid seguimos en la tarea de hacerlo posible y por ello hemos retomado las acciones formativas presenciales en cuanto hemos podido volver a las aulas.
Pero no solo eso, también nos estamos adaptando a nuevas modalidades formativas online y generando ideas para que ninguna persona que quiera y nos pida formase, se quede sin hacerlo por falta de recursos.
En 2015, el Papa Francisco dio a conocer la encíclica Laudato Si’.
Pues bien, el título de esta encíclica hace referencia a un pasaje de San Francisco de Asís, alabando a Dios por poder disfrutar de la tierra y de todo lo que ella ofrece al ser humano. El subtítulo de la encíclica es Sobre el cuidado de la Casa Común.
A finales del siglo XX se generalizaron las voces que alertaban del trágico destino que espera a nuestro planeta ante las evidencias ya generalizadas del cambio climático.
Diferentes organismos internacionales, incluida la Organización de Naciones Unidas (ONU) promovieron cumbres de gobiernos y se produjo una movilización general en el seno de la sociedad civil organizada, cada vez más sensible ante la deriva del planeta: la Cumbre de Rio, la Carta de Aalborg y, más reciente, la Agenda 2030, promovida por Naciones Unidas también en 2015.
Sin embargo, los pasos tendentes a mejorar las condiciones de habitabilidad de la Tierra van lentos. Hay una conciencia extendida de que no se avanza con la celeridad que nos exige la degradación ecológica de nuestra Casa Común.
Laudato Si’ hace un análisis pormenorizado de todos los retos a los que se enfrente la ciudadanía y hace una denuncia explícita de los factores que impiden un progreso sustancial del bien común.
El mercado no es garante de un desarrollo humano integral e incluyente donde quepamos todos. Bien al contrario, hay que regularlo para proteger y promover el bien de todos, porque precisamente los más afectados por la degradación ecológica y el descontrol del mercado son los pobres.
El Papa Francisco, a través de la encíclica, nos pide cuidar de la Creación y que no caigamos en la tentación de tomar el lugar de Dios. En este cuidar de la Casa Común resurge una opción rotunda por los pobres.