La promoción que el Centro de Formación y Capacitación Sopeña Madrid quiere para cada uno de sus usuarios requiere de un ambiente digno y equipado, dotado de los recursos sociales, sanitarios, culturales y medioambientales oportunos, es decir, el hábitat adecuado.
Promovemos una formación integral tendente al progreso y la dignidad como personas, favoreciendo la inclusión laboral y social de nuestros destinatarios. El hábitat idóneo favorece esta promoción.
Los valores Sopeña se hacen presentes en el Centro desde el primer momento en la idea de incidir que aprendemos a partir de la integridad de la persona.
En el último estudio sobre exclusión y desarrollo social, Informe FOESSA, presentado por Cáritas hace apenas tres meses, se concluye que, además del desempleo, la calidad de la vivienda y de su entorno son elementos que influyen de manera decisiva en la exclusión social.
El Centro vive esta realidad en sus alumnos y ofrece recursos, talleres y también acompañamiento, y las personas que trabajan en el mismo son conscientes de que, solamente el aprendizaje de contenidos, no es la solución para superarse y formar parte de nuestra sociedad.
Nuestro objetivo y nuestro modus operandi es que el alumnado complemente un itinerario profesional y personal que le afiance como ciudadano y ciudadana de pleno derecho.
El Centro, tradicionalmente conocido como OSCUS hasta el nuevo cambio de denominación e imagen, ya fue testigo de un proceso singular que se desarrolló desde mediados del siglo XX en muchas ciudades de España, y que fue el desplazamiento de personas desde las zonas rurales a las urbanas.
Un fenómeno que las ciudades absorbieron como mucha dificultad y que provocó la aparición de zonas deprimidas, pobreza, contaminación y entornos insalubres.
Muchas de esas personas encontraron en la Fundación Dolores Sopeña un lugar en el que formarse y disfrutar del ocio que el Centro ofertaba. Y no fue una casualidad. Años antes, Dolores Sopeña extrajo una conclusión reveladora en el barrio de Las Injurias que le hizo generar toda una acción transformadora para que las personas sin recursos, ni capacidades, tuvieran una oportunidad de superarse.
Como este crecimiento y desarrollo de las ciudades no se realizaba de forma sostenible y equilibrada, Naciones Unidas en 1985, proclamó el primer lunes de octubre como Día Mundial del Hábitat, para dar visibilidad a este hecho.
El pasado lunes 7 de octubre se celebró ese evento bajo el lema: Tecnologías punteras como herramientas innovadoras para transformar los residuos en riqueza y prosperidad.