En el Curso de Español para Inmigrantes vamos avanzando en etapas parciales durante la formación aquí en el Centro Sopeña Madrid. El curso, que es muy amplio, nos invita a ser creativos, innovadores y a reinventarnos continuamente.
Muchos de nuestros alumnos, después de terminar los cursos de trimestre, continúan su preparación para reforzar conocimientos que les permitan en un futuro no muy lejano dominar el español.
En otros casos, las aulas y los grupos se ven renovados con nuevos usuarios, que siempre aportan novedad, diversidad y riqueza al grupo.
A estas alturas del curso, ya empezamos a ver más cercana la línea de llegada. Allí culmina todo un proceso repleto de momentos inolvidables, entre los que destacan aquellos que pasamos con compañeros, que por muy variadas y diferentes circunstancias ya no están con nosotros.
La mejor de las noticias es que dejen de compartir el aula con nosotros por haber encontrado un buen empleo que les permita la deseada autonomía o por haber regresado a su tierra, a reencontrarse con sus familias.
Otros, que también los hay, dejan de venir por aquí porque han superado los objetivos que se marcaron y se lanzan a afrontar nuevos retos fuera de nuestro Centro.
Todos dejan su huella en esta Casa Grande que es el Centro de Formación y Capacitación Sopeña Madrid. Todos los alumnos dejan su grano de arena en este proyecto formativo que va mucho más allá del aprendizaje de una lengua. ¡Esto va de persona y de sentimientos!
Estamos satisfechos de construir un espacio de enriquecimiento mutuo y de conocimiento del otro, de sus anhelos, proyectos, miedos, esperanzas. De hacer ver que, con el esfuerzo de cada uno y la confianza precisa, se puede conseguir todo aquello que uno se proponga.
A pesar del miedo al fracaso, tan propio de la condición humana como el triunfo, porque el truco está en levantarnos una vez más de las que caemos, y, reinventarnos, seguir adelante, apoyándose en el otro y, el otro, en nosotros.
Confiamos en que su paso por nuestro Centro favorece su integración en una sociedad, que, desde nuestra humilde aportación, debemos hacer más justa y solidaria, una sociedad hecha de ciudadanos comprometidos.
Los Centros de la Fundación Dolores Sopeña trabajamos para ser irradiadores de esperanza, ilusión y alegría para todos los alumnos que pasan por aquí, y ellos, a su vez, se convertirán en los mejores embajadores de nuestro proyecto y nos darán a conocer en los más variados ámbitos.
Por tanto, ¡no estamos alcanzando la línea de llegada, porque siempre estamos en la de reinventarnos, en el reinicio! ¡Siempre dispuestos a aprovechar La Oportunidad de Superarnos!