Hoy en día, la idea de superación personal la tenemos bastante arraigada y somos conscientes de que cuidarnos y pensar en nosotros no es, exactamente, algo egoísta.
A veces, empezar a cuidarnos no es ponernos en primer lugar, sino poner al otro.
La idea la tenemos clara en nuestra cabeza, pero, en la práctica, no sabemos cómo ponernos manos a la obra.
Intuimos que, si estamos en una etapa complicada o desilusionante, el primer paso es “subir un peldaño” y acceder a otra posición que nos haga cambiar la situación. Esa pequeña subida la contemplamos como superación personal.
Pero para iniciar ese camino, es muy oportuno tener un ejemplo a la vista, alguien que te inspire, alguien en quien fijarte porque, a veces, lo más difícil es el primer paso.
Hace unos días el Centro Sopeña Madrid, y la familia Sopeña al completo, conmemoró la vida y el legado de nuestra fundadora, Dolores Sopeña, quién nos ofreció durante su vida bastantes ejemplos de fortaleza y procesos de transformación.
Desde niña padeció una enfermedad en la vista que aparentemente le cerró algunas puertas pero que Dolores aprovechó para abrir muchas otras.
El fallecimiento de su hermano mayor, lejos de abatirla, la afianzó en su idea de consagrar su vida a los demás.
Viajó tras los pasos de su padre que, por su trabajo, era trasladado de ciudades e incluso de países y, en cada sitio por el que pasó, vio oportunidades, sin lamentaciones por abandonarlos, si no, más bien, con la alegría de conocer personas nuevas y tender su mano en el mayor número de lugares posible.
Y no sólo la aplicó en su vida. Dolores Sopeña compartía con los que creía que lo necesitaban, la idea de que el crecimiento a través de la educación, el conocimiento y el trabajo, era el camino a seguir.
Y en ese camino, el Centro Sopeña Madrid persiste, siempre acompañado del espíritu de las ideas que Dolores nos regaló con su ejemplo.
“Una acción de gracias se escapó de mis labios pues, aunque me hubiese dejado coja, ciega y manca, aún me dejaba un corazón para amarle y una lengua para bendecirle”. (Dolores Sopeña)