Comenzamos enero y con el nuevo año, vienen los nuevos propósitos. Ya se trate de intenciones más comunes, como de otras más personales, todas precisan de fuerza de voluntad, ímpetu y constancia por lo que, tal vez, requieran de una guía, una estrella que nos permita no desviarnos del camino y llegar a la meta.
Nuevos estudios, un mejor trabajo, reforzar nuestra fe, nuevos amigos y compañeros, aficiones diferentes.
Cambios de vida, en definitiva, que necesitamos para mejorar o para avanzar.
Todo ello será más llevadero si tenemos una guía como la que tuvieron los Reyes de Oriente hasta encontrar su objetivo, el Niño Jesús.
“Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el Niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría” (Mateo 2: 9-10).
En el Centro Sopeña Madrid los valores de la fundadora, Dolores Sopeña, guían su labor desde siempre, para dar respuesta a todos esos proyectos que queremos hacer realidad.
Por muy fuerte que sea tu deseo o mucha determinación que tengas para cumplirlo, se hace necesaria esa mano.
Una estrella, que a unos les llevará durante todo el recorrido, a otros les devolverá al camino, si en algún momento se pierden o distraen, y que otros solo necesitarán para sentirse acompañados.
De alguna manera, todos hacemos uso de esa estrella.
Volviendo a Dolores, que para el conjunto de la Familia Sopeña fue, es y seguirá siendo fuerte guía; también tuvo la propia.
En su caso, su estrella fue siempre la búsqueda continua de la voluntad de Dios.
Ella, al mismo tiempo, es estrella para las obras de muchas personas y su ejemplo sirve de estímulo.
Pero no solo por lo conseguido a lo largo de su extenso periplo, sino por la forma en que lo hizo: con una voluntad inquebrantable y una entrega incondicional en cada proyecto que iniciaba, con sencillez y humildad.
Esta semana hemos conmemorado, precisamente, el aniversario de su muerte, una jornada en la que volvemos a confirmar que ella sigue siendo la estrella que nos guía.
“…desde el cielo os bendeciré siempre y desde allí os ayudaré más…” (Dolores Sopeña)